La evaluación preoperatoria de  un paciente que será sometido a una cirugía torácica se centra en la evaluación global del estado cardíaco y respiratorio del paciente intentando predecir su respuesta frente a la cirugía pulmonar  y la tolerancia a la misma.

La identificación de los pacientes con riesgo elevado y la previsión de posibles complicaciones, permitirán la instauración de un tratamiento preoperatorio que optimice el estado físico del paciente ante la cirugía y la planificación tanto de la anestesia como de las necesidades de soporte durante el postoperatorio inmediato.

La información necesaria para la evaluación de los pacientes, se extrae de los datos que proporciona la valoración clásica y de los que proporcionan las pruebas específicas de función cardiopulmonar. De manera tal que antes de someterse a una cirugía torácica usted debe acudir con su anestesiólogo para verificar aspectos que pueden complicar la cirugía y cuyo riesgo puede ser minimizado.

En importante que usted le mencione a sus médicos cualquier aspecto o antecedente aunque usted no lo considere importante que pueda disminuir el riesgo de complicaciones.

Cuando nos encontramos ante un paciente que va a ser intervenido a una cirugía pulmonar, por ejemplo, debe tenerse en cuenta algunos aspectos: 

- Los hábitos tóxicos, fundamentalmente tabaquismo 

- La coexistencia de otras enfermedades pulmonares como bronquitis o asma, que deberán estar compensadas al momento de su intervención 

- La edad avanzada, se asocia a un mayor porcentaje de complicaciones.

- La patología asociada, principalmente pulmonar y cardiovascular como hipertensión arterial. Algunas otras como Diabetes que deberá optimizar para que usted vaya en las mejores condiciones a la cirugía 

- La presencia de obesidad.

Uno de los factores de riesgo que usted puede modificar antes de someterse a cualquiera cirugía y en especial a una cirugía torácica es el tabaquismo.  Los fumadores presentan dificultad en la movilización de secreciones y disfunción en la vía aérea mas pequeña. Es de utilidad el abandono del hábito durante ocho semanas previas a la cirugía, reduciendo la incidencia de complicaciones pulmonares a la mitad, comparando con los que continúan fumando.

El Anestesiólogo también evaluará sus exámenes de sangre para descartar la presencia de un proceso infeccioso, el nivel de hemoglobina y alteraciones en la coagulación. Además se le solicitará una radiografía simple de tórax y un electrocardiograma en algunos casos.

Se le solicitará su tipo de sangre y cuando sea necesario la reserva de componentes sanguíneos en caso que se requieran utilizar durante o posterior a la cirugía.

Se le  indicará cuando deba acudir a una evaluación con un Neumólogo,  quien ademas de evaluar su capacidad pulmonar le realizará algunas otras pruebas específicas que amplían la información acerca del funcionalismo cardiorespiratorio. Probablemente el neumólogo le solicitará una espirometría simple, es la prueba funcional que proporciona mayor información acerca de la función pulmonar.

   

- Dejar de fumar

- ejercicios físicos dirigidos sobre todo a rehabilitar la musculatura respiratoria (triflow)

- la administración de medicamentos  broncodilatadores

- el tratamiento de las infecciones respiratorias asociadas

- la mejoría del estado nutricional.

El Anestesiólogo le indicará los medicamentos que usted deberá dejar de tomar o los que deberá continuar tomando antes de la cirugía. De igual forma el tiempo de ayuno para evitar complicaciones como broncoaspiración.

Adicionalmente en caso de padecimiento que compromete la vía aérea se le indicará cuando deberá ser valorado por otro especialista (Otorrinolaringólogo)

Si el caso es una cirugía torácica abierta (Toracotomía) previa evaluación el anestesiólogo colocará una catéter epidural en la espalda que servirá para administrar medicamentos directamente en las raíces nerviosas y de esta manera disminuir el dolor después de la cirugía.  El control del dolor después de la cirugía es uno de los factores mas importantes que contribuyen a su recuperación pulmonar.  La colocación del catéter es muy rápida y se realiza con anestesia local.

- Si el caso es una cirugía torácica asistida por video toracoscopia (VATS) generalmente el anestesiólogo utilizará medicamentos para controlar el dolor por vía intravenosa ya que la herida quirúrgica es bastante pequeña y su cirujano le colocará anestesia local a menos que exista alguna contraindicación.

 El cirujano escogerá y le explicará la técnica quirúrgica dependiendo de cada caso. De manera continua se evaluarán diversos parámetros estándar para cualquier tipo de cirugía como su presión arterial, frecuencia cardíaca. En caso necesario el anestesiólogo le colocará un pequeño catéter en una arteria  (generalmente radial) para evaluar la presión arterial de manera directa y adicional evaluar la concentración de oxígeno en la sangre del paciente y cuando se considere necesario se le colocará un catéter venoso central para pasar medicamentos de manera directa al corazón.  Todo estos procedimientos se le realizarán bajo efectos de la anestesia. 

Si algo caracteriza a la cirugía torácica en general, es la necesidad de mantener el pulmón  a operar colapsado,  en la mayoría de los procedimientos quirúrgicos, para que la intervención pueda realizarse, es decir para que el cirujano tenga una mejor visualización de las estructuras que deberá operar.  Este tubo se le colocará para ventilar ambos pulmones y cuando sea necesario un solo pulmón.  El anestesiólogo se le colocará dormido y se lo retirará cuando la cirugía termine.  En la mayoría de los casos usted saldrá del salón de operaciones solo con oxigeno por mascara para así continuar su evolución en Cuidados Intensivos o en sala de recuperación según sea en caso.

Posteriormente pasará a la unidad de cuidados intensivos donde será vigilado de manera cercana por un Médico Intesivista quien evaluará su función pulmonar, manejo del dolor, entre algunos aspectos.